domingo, 28 de octubre de 2007

El drama de los kurdos no es nuevo

Articulo “EL TIEMPO”

El drama de los kurdos no es nuevo. De origen indoeuropeo, se asientan desde hace treinta siglos en los 500.000 kilómetros cuadrados que forman el Kurdistán, desde los montes Taurus de la Anatolia oriental (Turquía), a los montes Zagros del oeste iraní y el norte de Irak.

A pesar de haber estado bajo la presión de imperios tan poderosos como el de los persas y el de los otomanos, lograron tener una amplia autonomía. En la Primera Guerra Mundial, el apoyo a los aliados contra el imperio otomano les valió que el tratado de Sevres de 1920 -que trazaba las nuevas fronteras de Oriente Medio- estableciera la independencia del Kurdistán.

Pero el acuerdo nunca se ratificó, y fue remplazado por el de Lausana (1923), en el que primaron los intereses energéticos de las potencias y el territorio del Kurdistán terminó repartido entre Turquía, Irak, Irán, Siria y Armenia.

Desde entonces, han tratado por todos los medios levantarse y fundar su Estado, pero sus intentos han sido sellados con sangre. En 1945, se fundó la República Independiente de Mahabad (Irán), que duró un año antes de ser aplastada por los iraníes. Y algo parecido sucedió en 1979 cuando intentaron fundar otra república tras el triunfo de la revolución islámica iraní.

Las únicas conquistas fueron algunas concesiones dadas por el gobierno de Irak en la década de los 70. Pero después vino el exterminio ordenado por Saddam Hussein con gas tóxico tras la guerra del Golfo de 1991, e incluso las peleas entre ellos mismos entre 1994 y 1996.

En la actualidad se ve un poco lejana la posibilidad de que los kurdos funden un Estado porque eso causaría un cataclismo en la región, que afectaría, de paso, los intereses de E.U.

Salvo los del PKK, los kurdos prefieren esperar. Saben que bajo su territorio está la totalidad del petróleo que extraen Siria y Turquía, y un tercio del de Irak. Una innegable ventaja a la hora de intentar fundar un Estado.

0 comentarios:

Fotos Do dia